martes, 19 de julio de 2016

Los orígenes del Blues

El blues es una expresión musical que llegó a los Estados Unidos de América del Norte a través de los esclavos que provenían principalmente de la costa occidental de África. Este tráfico de esclavos se produjo ininterrumpidamente desde comienzos del siglo XVII hasta 1812, año en el que quedó prohibido su comercio. Sin embargo, la esclavitud no se aboliría hasta 1863. Los esclavos viajaban en los barcos encadenados, por lo que se conjetura que la única forma musical que podían interpretar era la vocal, aunque pudiera ser que algún instrumento llegara con ellos en su viaje. A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX había en las plantaciones esclavos que tocaban el violín, el banjo o flautas bastante primitivas. En concreto, el banjo casi se puede asegurar que es la versión de un instrumento similar de Senegal, de cinco cuerdas, llamado halam. 



Robert Johnson

Los orígenes. 

La primera distinción entre las canciones que interpretaban los afroamericanos ya en el siglo XIX, está entre los espirituales o canciones religiosas y las canciones mundanas o blues propiamente dicho. Mientras que los espirituales se entonaban en la iglesia por un grupo de cantantes, contando además con el beneplácito de los blancos que veían estos cánticos menos peligrosos para el mantenimiento del status quo, ya que las letras se referían a la salvación en el más allá, el blues era interpretado por un solista y la temática era sobre los problemas cotidianos, el día a día. Ya centrados en el aspecto mundano y terrenal de esta música popular afroamericana, podríamos diferenciar entre los “work songs” o cantos de trabajo y los “hollers”. Los cantos de trabajo están asociados más a las cuadrillas de trabajadores negros o a las brigadas de prisioneros desparramados por las sucias y polvorientas carreteras del sur, interpretando ritmos uniformes y comúnmente con frases improvisadas por una voz solista y un estribillo con el que respondían el resto de los trabajadores. El “holler” blues es más un estilo a capela, con el cantante interpretando para sí mismo pero con un elevado tono de voz y una mayor libertad en el ritmo. Es así que se han relacionado más las canciones de trabajo con Mississippi y los “hollers” con Texas debido principalmente a las condiciones geográficas y demográficas diferentes entre los dos estados, aunque esto haya que tomarlo con la suficiente prudencia. No fue hasta 1890, aproximadamente, que los estudiosos del folklore comenzaron a coleccionar la música popular y hasta comienzos de 1900 no se realizaron las primeras grabaciones de esta música. Y lo único que se sabe con certeza es que hasta ese momento tanto las “work songs” como los “hollers” se interpretaban sin ningún tipo de acompañamiento instrumental. 
¿Cómo llegó a ir siendo conocida esta música por el americano común, ya fuera de grandes ciudades o de pequeños villorrios? A través de los “Minstrels Shows” que eran espectáculos itinerantes con cierta similitud con el teatro ambulante, con actuaciones que incorporaban canciones, danzas e interpretaciones instrumentales acompañadas del banjo o violín, principalmente. Los actores eran blancos que se pintaban la cara de negro e imitaban, la mayoría de las veces con no muy buen gusto (aunque en algún caso sí se ponía en cuestión la esclavitud), los personajes y comportamiento de los esclavos negros. Estos espectáculos ambulantes eran habituales a mediados del siglo XIX y muchas de las canciones interpretadas pasaron a formar parte de la música popular. Un aspecto importante a considerar fue el abandono con el tiempo, por parte de los músicos afroamericanos, del uso del banjo debido a la imagen negativa que daban de los negros en los minstrel shows. 


Las primeras grabaciones. 

Es conocida la anécdota de W. C. Handy esperando en una estación a que llegara su tren. Era el año 1903. Cercano a él se encontraba un músico negro tocando la guitarra con un cuchillo en su mano izquierda y cantando “I’m goin’ where the Southern cross the Yellow Dog”. Esta anécdota la relata en su autobiografía y no parece muy real, pero él se autoproclamó como el inventor del blues aunque sí tuvo la idea de pasar a partitura las canciones que escuchaba en los barrios negros. Y dos temas suyos, “Memphis Blues” o “St, Louis Blues” han pasado a la historia como unos de los primeros blues en ser editados en una partitura con una estructura musical que era la de las 12 barras. Hay otro punto importante a añadir. Las primeras grabaciones de blues no fueron blues propiamente dicho, incluían también baladas populares o country. Además, las compañías discográficas eran propiedad de blancos y quienes supervisaban las grabaciones eran blancos que utilizaban a cazadores de talentos que eran propietarios de tiendas locales y también blancos. Las grabaciones 
realizadas fueron las que ellos quisieron. ¿Se perdió algo en el camino? ¿Alguna forma musical no les gustó, no la grabaron y se ha perdido en el transcurso del tiempo?  
Fue la compañía Okeh Records quien grabó por primera vez a una cantante negra, Mamie Smith, en febrero de 1920 y aunque el sello no promocionó el disco su inesperado éxito de ventas llevaron a esta cantante de nuevo al estudio. Otras compañías discográficas empezaron a vislumbrar el potencial que podían tener las grabaciones de blues. Hubo un buen número de cantantes femeninas que grabaron discos durante los años 20 utilizando generalmente orquestas de jazz como acompañamiento (Clara Smith, Bessie Smith, Ida Cox, Ma Rainey, Alberta Hunter, etc). Pero a finales de los años 30 el papel tan destacado que habían jugado todas estas mujeres empezó a declinar para la gran mayoría de ellas. 
A medida que se iban realizando las grabaciones de classic blues, más compañías querían entrar en el reparto de la tarta y comenzaron a buscar nuevos intérpretes lejos de las grandes ciudades. Fue por tanto inevitable que se acabaran por registrar en disco temas de blues rural o down home blues. Parece ser que las primeras acontecieron en 1924 y los dos primeros en ser grabados pudieron ser Daddy Stovepipe o Papa Charlie Jackson (”Papa’s Lawdy Lawdy Blues” la primera grabación fonográfica de blues rural en opinión de Frank Tirro).



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